top of page
  • Foto del escritorClínica Sampayo

¿Otra vez me he torcido el tobillo?

Muy probablemente te hayas hecho un esguince de tobillo alguna vez, quizá varias. Resulta que es la lesión traumatológica más frecuente, se estima que 1 de cada 10000 personas sufre un esguince al día.


El movimiento lesional más frecuente es la inversión del pie (el pie va hacia dentro), donde sufre el Ligamento Lateral Externo (LLE). En realidad el esguince se puede producir en cualquier ligamento del tobillo, en su cara interna, en la unión entre tibia y peroné (llamado esguince alto) o en su cara externa. Sin embargo, como el más frecuente es el esguince del LLE, vamos a hablaros de él.


¿Cuántos grados de esguinces hay?

Será importante determinar el grado para saber la extensión de la afectación, las estructuras que han sido dañadas, así como el tiempo de recuperación y los pasos de tratamiento que conviene seguir.

Al hacernos un esguince se produce un desgarro del ligamento que puede ser de menor a mayor gravedad, y se clasifican de este modo:

- Grado 1: se produce cuando hay una distensión, sin que haya rotura de fibras ligamentosas. Se puede acompañar de un pequeño edema e inflamación. Generalmente se puede caminar con apoyo total y dolor mínimo.

- Grado 2: hay una lesión incompleta del ligamento, esto es, una rotura parcial. Aparece mayor edema e inflamación. Y asimismo existe una limitación al movimiento, con dolor en el apoyo o en la marcha.

- Grado 3: ahora sí hay lesión completa con pérdida de la integridad del ligamento, lo cual se acompaña de edema e inflamación severa, así como de dolor severo e incapacitante. Esto suele impedir el caminar o apoyar peso en ese pie.


En un esguince no sólo el ligamento puede verse afectado. Hasta un 7% de estas lesiones tienen asociado una lesión osteocondral y, si el esguince fue muy violento, pueden producirse fracturas en tibia, peroné o huesos del pie. Si nada más hacerte el esguince eres incapaz de dar un paso y sufres mucho dolor, debes acudir a Urgencias para descartar una rotura completa del ligamento o posibles fracturas/fisuras en los huesos del pie.



Creo que me he hecho un esguince, ¿y ahora qué?

Como hemos visto, en el momento de hacerte el esguince puede producirse una inflamación (mayor o menor según la gravedad del mismo) en el tobillo y aparecer edema, además de dolor y dificultad para la pisada y marcha.

Tradicionalmente se ha visto la inflamación como algo a prevenir o evitar a toda costa. Sin embargo, actualmente la evidencia científica recomienda que se controle o limite, pero NO que se evite. La inflamación es la primera fase en la regeneración de cualquier tejido, es un mecanismo fisiológico e imprescindible del cuerpo para proteger esa zona y permitir la llegada de sangre y distintos tipos de células encargadas de reparar el daño. Tras el paso de las horas o los días la inflamación irá bajando. Se ha comprobado que detener drásticamente esa inflamación puede y suele conllevar malos procesos de cicatrización de ese tejido, un retraso en la curación y un aumento de las posibles recidivas o también conocidos como "esguinces de repetición".

Debido a esto, se han abandonado antiguos protocolos de intervención para adoptar otros más resolutivos y curativos como el protocolo "PEACE & LOVE" (por sus siglas en Inglés que corresponden a: protección, elevación, evitar antiinflamatorios, compresión, educación, carga, optimismo, vascularización y ejercicios).


Así pues, será la cicatrización completa del ligamento la que determine los tiempos de reposo, curación y medidas de tratamiento: estableciendo así 3 fases o etapas.

- 1ª fase inflamatoria: dura en torno a las 48 horas. El objetivo del tratamiento de Fisioterapia va a ser analgésico (disminuir el dolor), con el empleo de algunos medios físicos (electroterapia, termoterapia...), masaje drenante o la aplicación de un vendaje funcional que nos permita caminar con menos dolor y proteger y estabilizar el tobillo.

- Después de 2-3 días hay que empezar a movilizar y a corregir la cadena fascial y muscular lesional ascendente y descendente (el cuerpo activa distintos músculos de la pierna-pelvis-lumbar para proteger y evitar el dolor, es por eso que cambia nuestra pisada).

También en esta fase hay que trabajar para ganar movilidad en la articulación y fortalecer la musculatura del tobillo y pie.

- 3ª y última fase: movilidad casi completa e indolora. Ahora es donde se hace mayor hincapié en los diversos ejercicios de propiocepción.


¿Qué es eso de la propiocepción?

En la mayoría de las lesiones traumatológicas hay una disminución de la propiocepción, lo cual implica que la recuperación no ha sido completa ni satisfactoria al 100% y ese ligamento o articulación quedan más expuestos, débiles, sin integrar eficientemente en nuestro esquema corporal y de movimiento, con mayor facilidad para presentar algunos síntomas residuales y extendidos en el tiempo como: dolores leves, repetitivos e injustificados, pequeño edema constante en el área del tobillo, cierta debilidad crónica e inseguridad en algunos gestos (al bajar escaleras, llevar tacones...), etc.


La propiocepción es la capacidad de nuestro sistema nervioso para saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento. Así podrá generar una respuesta óptima y rápida en base al entorno y a la peligrosidad (evitando lesiones, caídas, golpes...) en un gesto automático como lo que entendemos por "reflejos".

Es MUY FRECUENTE que esto suceda en los esguinces de tobillo, resultando en un nuevo esguince pasadas 2 semanas, y en una inestabilidad crónica de tobillo al poco tiempo. De ahí la importancia de llevar a cabo una rehabilitación activa en la fase final y en fases iniciales (si el dolor lo permite), para acortar tiempos de recuperación y evitar recidivas.


Esperamos que este blog os haya ayudado. Si estáis leyendo este blog porque te acabas de hacer un esguince o si sufres de muchos esguinces de repetición, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de poder ayudarte.

¡Nos vemos en el próximo blog!


bottom of page